viernes, 1 de abril de 2011

MOISMO

Mo Zi (Maestro Mo), vivió aproximadamente entre -479 a -380 o -370. Se sabe muy poco de su vida, en un principio siguió las ideas confucianas y continuó en algunos aspectos las ideas de Confucio, pero pronto se manifestó en desacuerdo e hizo una crítica radical del confucionismo. Trabajó para el gobierno, y viajó por diferentes sitios tratando de enseñar sus ideas sobre asuntos morales y políticos, con escaso éxito. Fundó una escuela en la que sus seguidores llevaban una vida austera en consonancia con las costumbres frugales de su maestro. 
A diferencia de los seguidores de Confucio que procedían de la nobleza, los seguidores de Mo Zi procedían de las clases populares. Mo Zi conocía el pensamiento de Confucio, con el que se mostraba en desacuerdo a la menor ocasión, sobre todo con los ritos y ceremonias tan comunes en el confucianismo, que consideraba totalmente innecesarios y una pérdida de tiempo, particularmente los ritos funerarios que duraban tres años.

El moísmo tuvo numerosos partidarios y a la muerte del maestro se dividió en varias escuelas, pero en general no sobrevivió al siglo -III, aunque algunas de sus ideas fueron asumidas por otras escuelas. 
Con Mo Zi se iniciaron unas prácticas dialécticas que dieron lugar a una corriente llamada "Estudio de los Nombres y de las Formas" que se dividió a su vez en tres escuelas: Moísmo tardío, Escuela de los Nombres y Escuela Legista.


El Mozi.

Sus enseñanzas están recogidas en una obra que lleva su nombre, el Mozi, aunque algunas partes fueron añadidas por sus seguidores. Constaba originalmente de 71 capítulos de los que se conservan 53. Están divididos en tres partes: la primera son ensayos sobre el maestro y contiene las ideas principales, las diez tesis moístas, la segunda parte expone diversas técnicas y es considerado el "Canon moísta", la tercera parte se dedica a cuestiones militares como apoyo a su pacifismo. Representa las diversas etapas de la evolución de esta escuela y trata de temas de filosofía y de moral, pero también temas científicos y cuestiones lógicas.


Criterio.

Para Mo Zi era fundamental establecer criterios y normas morales estándar, para que la gente pudiera estar de acuerdo en sus juicios, y evitar motivos de conflicto. Sin embargo, las normas no pueden ser elegidas arbitrariamente y hay que buscar un modelo que sirva para distinguir lo correcto de lo incorrecto. Los moístas encuentran dicho modelo en el Cielo, seguir la voluntad del Cielo, así la normativa sería imparcial, igualitaria y basada en el bien público, cumpliría además los tres criterios que, para Mo Zi, todo discurso debe tener: un fundamento, un origen y una utilidad. Seguir el deseo del cielo, que es el amor universal y el respeto entre todos los seres humanos.


Amor universal.

Para mejorar en lo posible la sociedad y erradicar los males que la aquejan Mo zi propone su teoría del "amor universal", basada en el criterio del Cielo, ya que este ama por igual a todos y no discrimina.

Lo importante es ocuparse de uno mismo y de los demás y practicar la virtud (de) de humanidad (ren). Se trata de preocupación por la virtud en sí misma y por el amor indiscriminado e igual para todos, a diferencia de la teoría confuciana tan jerarquizada. Además es lo mas conveniente y práctico, porque amar a los demás beneficia a todos y es motivo de progreso.


Espíritus.

Mo zi tiene una idea peculiar acerca de lo que llama espíritus que nos observan continuamente. Los espíritus intervienen en los asuntos humanos para premiar o castigar según las acciones. Tanto el Cielo como los espíritus desean el amor universal, y los espíritus son los encargados de velar porque esto se cumpla, concediendo éxitos y felicidad a quien los cumple y castigando a quien lo incumple.


Contra la guerra.

Mo zi condena radicalmente la guerra así como cualquier acción violenta. La guerra no aporta ningún beneficio, sino que todo lo aporta son males. Realizó algunos viajes para tratar de evitar algunas guerras, seguido de un grupo de partidarios ejercían una labor práctica en contra de la guerra. La guerra es condenable desde cualquier punto de vista moral, pero es que además es perjudicial para todos y Mo zi enumera toda una larga serie de males que provoca.

Sin embargo consideraba legítima la defensa propia, preparó a su gente en la defensa militar y escribió sobre estos asuntos en su libro.

EES
JEAN CARLOS VACA 

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