lunes, 29 de noviembre de 2010

Camino de la Iluminacion

Aquel que sigue el Tao, sigue el orden natural de las cosas, no buscando la mejora de la naturaleza o legislando la virtud para terceros. El Taoista observa el wu-wei o la inacción de la misma forma que el agua busca y encuentra su nivel apropiado sin esfuerzo. Este camino incluye la purificación de uno mismo a través del control de los apetitos y las emociones, lo cual se logra parcialmente a través de la meditación, el control de la respiración y otras formas de autodisciplina, por lo general bajo la supervisión de un Maestro. No obstante, la forma básica de práctica es la "bondad" o naturalidad, así como el desarraigo de las "10.000 Cosas" del mundo.

Decálogo de Creencias Taoístas
La creencia de que lo Eterno puede entenderse como el Tao o "el camino" que incluye el orden moral y físico del Universo, el camino de la virtud que el Cielo sigue por sí mismo, y en la máxima de que el Tao que se pueda describir no es el Tao eterno.
La creencia en la grandeza única del sabio Lao-tsu y su discípulo Chuang-tsu
La creencia en la autoridad final del Tao-te Ching y el carácter sagrado de las escrituras de Chuang-tsu
La creencia de que el hombre se alinea con lo Eterno cuando practica la humildad, la simpleza, el ceder sencillo, la serenidad y la acción sin esfuerzo.
La creencia en que tanto el objetivo como el camino de la vida son esencialmente el mismo, y que el Tao solo puede ser conocido por seres escogidos que lo practican ellos mismos, no existe la ayuda del "mas allá"
La creencia en la Omnisciencia e impersonalidad del Supremo como implacable, mas allá de la preocupación por el ser humano, pero que existen divinidades menores – de los Altos Dioses que perduran durante Eones a los espíritus y demonios de la naturaleza.
La creencia en que toda accione crea una fuerza opuesta, y que por tanto, los sabios buscaran la acción a través de la inacción.
La creencia de que el hombre es una de las manifestaciones de las "10.000 cosas", es finito y pasara; solo el Tao perdura por siempre.
La creencia en la unidad de la creación, en la espiritualidad de los dominios materiales y en la hermandad de todos los hombres.

Jean carlos Vaca 19035501

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domingo, 28 de noviembre de 2010

Taoismo

Breve descripcion del Taoismo

El Taoismo se creó hace unos 2500 años en China. Fue fundada por Lao-Tzu, a quien Confucio describía como el dragón que cabalgaba los vientos y las nubes.
Su texto principal es el Tao te Ching o el "Libro de la razón y la virtud" es uno de los libros más breves de todas las religiones con solo 5000 palabras. También son una referencia importante las escrituras sagradas de Chuang-tsu.
Se estima que el Taoismo es practicado por aproximadamente 50 millones de seguidores, principalmente en China y otros países asiáticos.
Debido a la gran mística inherente a la tradición Taoista existen un alto número de sectas derivadas de sus diversas interpretaciones.
El Tao o "camino" nunca ha sido descrito con palabras, de esta forma, se deja a aquel que "busca" encontrarlo por sí mismo en su interior. Lao-tzu escribió "El Tao que se puede describir no es el Tao eterno"
El Taoismo se centra en el nivel espiritual del ser. El Tao-te-Ching compara al hombre "realizado" con el bambú; recto, simple y útil en el exterior y hueco en el interior. El espíritu del Tao se basa en la vacuidad, pero no existen palabras para describir su espontaneidad y eterna novedad.
Los fieles de esta creencia, son adiestrados para buscar el Tao en todas partes y todos los seres. Los templos Taoístas son el hogar de seres divinos que guían la religión y bendicen y protegen a sus adoradores.  Un concepto único al taoísmo es el wu-wei, la inacción. Esto no quiere decir la falta de acción, sino el no exceso de acción espontanea derivada de las necesidades según surgen, ni dejándose llevar por la acción calculada y no actuando de tal forma que se exceda el mínimo requerido para obtener resultados efectivos. Si permanecemos quietos y callados, y escuchamos la llamada interna del Tao, actuaremos sin esfuerzo, de manera eficiente, raramente reflexionando sobre las materias y las cosas. Seremos nosotros mismos tal y como somos.

Los Objetivos del Taoismo
El objetivo principal del Taoismo se puede describir como la intuición mística del Tao, que es el camino, el Significado Primigenio, la Unidad sin Divisiones, la Realidad Ultima. El Tao es el camino de todos los seres, es el principio sin nombre del Cielo, de la Tierra, y es la madre de todas las cosas. Aquel que descubre el Tao, destapa las capas de consciencia más profundas de tal forma que llega a la consciencia pura y, puede por tanto, apreciar la verdad interna de todas las cosas. Solo aquel que esté libre de deseo podrá acoger el Tao, llevando por tanto una existencia de "actividad inactiva" No hay Dios personal en el Taoismo, y por lo tanto no existe una unión con él.

Jean Carlos vaca 19035501

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Mencio

El gran pensador chino Mencio (c. 372-c. 289 a. C.), uno los principales representantes de la escuela confuciana, vivió en pleno Período de los Estados Combatientes (siglos V-III a. de C.).


Conocido también como Mengke, nació en el Estado de Zou (actual Zoucheng, ciudad de la provincia de Shandong). Según se dice, descendía de una familia noble del Estado de Lu. Testigo de la "competencia entre cien escuelas", Mencio heredó y desarrolló el pensamiento de Confucio, fundador de la escuela confuciana, y creó un sistema filosófico completo que ejerció una notable y duradera influencia en las subsiguientes generaciones. De ahí que, tras Confucio, el Gran Sabio, Mencio fuera considerado el "segundo sabio".
Mencio recogió las idea morales de Confucio y las transformó en una teoría de la benevolencia que se convirtió en el núcleo de su ideario político.
Por una parte, distinguía rigurosamente dos clases —los gobernantes y los gobernados—, consideraba que "los gobernantes trabajan con la mente, mientras que los gobernados trabajan con las manos" y estableció una jerarquía basada en el sistema de la dinastía Zhou, que abarcaba desde el emperador hasta el pueblo llano. Por otra parte, tras equiparar las relaciones entre gobernantes y gobernados a las existentes entre padres e hijos, abogó por que los gobernantes se preocuparan de los sufrimientos de los súbditos como si fueran sus padres y que los súbditos sirvieran a los gobernantes como a sus propios padres.
Basándose en sus experiencias del Período de los Estados Combatientes, Mencio sintetizó la ley del auge y decadencia de los reinos en esta célebre máxima democrática: "Lo más importante es el pueblo; el estado lo es menos; y el soberano, menos aún". Para él, la prosperidad o decadencia de un Estado dependía de como se trata al pueblo. Este gran pensador chino concedía suma importancia al apoyo y el rechazo de los súbditos, y, tomando como referencia la historia, enfatizó en repetidas ocasiones que en esta dicotomía se encontraba la causa del éxito o el fracaso de un país.
Entrelazando estrechamente la ética y la política, Mencio subrayó que la esencia de la práctica de la política está en el cultivo de la moral: "El mundo se fundamenta en los Estados; los Estados, en las familias; y las familias, en las personas".
Mencio compendió su doctrina moral en la práctica de cuatro virtudes cardinales —la benevolencia, la justicia, el decoro y la sabiduría— y sostuvo que las dos primeras eran las más importantes, argumentando que las relaciones entre los miembros de una sociedad basadas en ellas garantizaban la estabilidad del orden feudal y la unidad del país.
Para explicar el origen de estas virtudes, formuló el principio de que el ser humano es bueno por naturaleza y consideraba que, a pesar de las diferencias en la jerarquía social y la división del trabajo, todos los miembros que formaban la sociedad compartían una misma naturaleza.
Las doctrinas de Mencio no fueron aceptadas por los gobernantes contemporáneos, pero su pensamiento influyó poderosamente en la política, la mentalidad, la cultura, la moral y las costumbres de las generaciones posteriores.
Con el propósito de difundir su teoría sobre la política benévola, Mencio viajó en su calidad de hombre instruido por varios reinos, entre ellos los de Liang, Qi, Song, Teng y Lu, reinos que a la sazón trataban de unificar el país por medios violentos. Tachada de "pedante", la doctrina política benévola de Mencio jamás se llevó a la práctica. A pesar de ello, Mencio dio claras muestras de su peculiar personalidad, ya que menospreciaba a los poderosos y los ricos, y confiaba en poder eliminar los disturbios y rescatar al pueblo de la miseria. En sus encuentros con los soberanos, siempre hizo gala de su honradez y de su indiferencia ante las lisonjas. 

Posteriormente ejerció la docencia privada. Sus dichos y las polémicas que mantuvo con los representantes de otras escuelas filosóficas se recogieron en El libro de Mencio, a lo largo de cuyos siete capítulos se pone de manifiesto su talla de excepcional pensador y la importancia de sus aportaciones al desarrollo del confucianismo. Transcurridos más de dos mil años, El libro de Mencio conserva su interés y sigue gozando de gran prestigio, todo cual lo convierten en un clásico.

Jean Carlos Vaca B 19035501

http://espanol.cri.cn/chinaabc/chapter17/chapter170203.htm

La Etica de Confucio

Hay tres principios clave que se enfatizan en las enseñanzas de Confucio, los principios de Li, Jen y Chun-Tzu. El término Li tiene varios significados, y suele traducirse como decoro, reverencia, cortesía, ritual o la norma de conducta ideal. Es lo que Confucio consideraba como la norma ideal del comportamiento religioso, moral y social.

El segundo concepto clave es el principio de Jen. Es la virtud fundamental de la enseñanza confucianista. Jen es la virtud de la bondad y la benevolencia. Se expresa mediante el reconocimiento del valor de los demás y la preocupación por ellos, independientemente de su rango o clase. En las Analectas, Confucio resume el principio de Jen en esta afirmación, que suele ser llamada la Regla de Plata: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti" (Analectas 15:23). Li brinda la estructura para la interacción moral. Jen lo convierte en un sistema moral. 

El tercer concepto importante es el de Chun-Tzu, la idea del verdadero caballero. Es el hombre que vive de acuerdo con las normas éticas más elevadas. El caballero muestra cinco virtudes: autorrespeto, generosidad, sinceridad, persistencia y benevolencia. Sus relaciones se describen de la siguiente forma: como hijo, siempre es leal; como padre, es justo y amable; como oficial, es leal y fiel; como esposo, es recto y justo; y, como amigo, es fiel y discreto.
Si todos los hombres vivieran según los principios de Li y de Jen, y se esforzaran por tener el carácter de un verdadero caballero, la justicia y la armonía gobernarían el imperio.
El cristiano encuentra que coincide con muchos de los principios y virtudes éticos de Confucio. Concordaría también con muchas de las cualidades del carácter del verdadero caballero, y trataría de desarrollar esas cualidades.
Lo que explica la similitud entre la ética del confucianismo y otros sistemas religiosos es lo que dice Pablo en Romanos 2. Dentro de todo hombre existe una conciencia, o ley natural, dada por Dios, que guían nuestra conducta moral. Esto ocurre porque fuimos creados a la imagen de Dios, así que reflejamos el carácter de Él. Sin embargo, la similitud de códigos éticos no significa que las religiones son iguales. 



La diferencia clave puede ser ilustrada de la siguiente forma. La ley confuciana está resumida en la Regla de Plata. Jesús resume sus enseñanzas de esta forma: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:37-39). Confucio creía que, a fin de verdaderamente lograr los principios de Li, Jen y el carácter de un verdadero caballero, uno debía mirar dentro de uno mismo. Jesús lleva su enseñanza un paso más adelante. Todos sus principios giran alrededor de una relación con Dios primero. Sólo entonces podemos verdaderamente amar a nuestro prójimo.

Jean Carlos Vaca 19035501

http://www.ministeriosprobe.org/docs/confucio.html

confucio

La vida de Confucio

Entre todos los filósofos orientales, Confucio, que nació en 550 a.C., es considerado el más grande. Sus enseñanzas son fundamentales para las culturas asiáticas. Su escritos, Los cinco clásicos, una colección de antigua literatura china, y Los cuatro libros, una colección de las enseñanzas de Confucio y de sus discípulos, fueron durante siglos el plan de estudios estándar de la educación china.

Las enseñanzas y la biografía de Confucio fueron escritas muchos años después de su muerte, y fueron editadas por sus discípulos. Si bien los historiadores presentan varios relatos de su vida, hay algunos hechos básicos de los que estamos razonablemente seguros y a partir de los cuales podemos bosquejar los principales sucesos de su vida. 

Confucio nació en la provincia de Lu, en el norte de China, en una familia humilde, y su padre murió cuando era joven. Comenzó a estudiar bajo el tutor de la aldea y a los quince años dedicó su vida al estudio. A los veinte años se casó, pero se divorció rápidamente de su esposa y mantuvo una relación distante con su hijo y con su hija. Antes de los treinta años se convirtió en maestro y reunió a un grupo de leales discípulos.
Confucio vivió durante la dinastía Chou (1100 a.C. a 256 a.C.). En este período el país estuvo dividido entre señores feudales. El orden moral y social estaba en un estado de descomposición. Confucio buscó una forma de restaurar el orden cultural y político. Él creía que la reforma vendría educando a los líderes en los clásicos y en la filosofía de él. Por lo tanto, buscó una posición de influencia política desde la cual pudiera implementar sus principios. 

La tradición enseña que el duque de Lu lo designó en un puesto del gabinete a los cincuenta años de edad. Varios historiadores creen que con el tiempo ascendió a puestos públicos más altos. Debido a desacuerdos políticos y conflictos internos, renunció a su cargo a los cincuenta y cinco años y dejó la provincia de Lu. Entonces viajó durante trece años de estado en estado buscando persuadir a líderes políticos para que adoptaran sus enseñanzas. Si bien muchos señores lo respetaban, nadie le dio un cargo. Desalentado por la respuesta, dedicó sus años finales a la enseñanza y la escritura. Antes de su muerte, en 479 a.C., expresó su desánimo y desilusión con relación a su carrera. 

Sin embargo, algunos de sus discípulos pudieron alcanzar cargos importantes en el gobierno luego de su muerte. Modificaron sus enseñanzas y agregaron sus propias perspectivas. Siglos después, el confucianismo se convirtió en la religión oficial de China y dio forma a la cultura del país. Los valores que prohijó -educación, lealtad familiar, ética del trabajo, el valor de las tradiciones, la conformidad a las normas tradicionales, honrar a los ancestros y una obediencia incondicional a los superiores- siguen arraigados en la cultura asiática. 

Hay mucho para apreciar con relación a la vida y las enseñanzas de Confucio. Los cristianos concuerdan con varios puntos de su filosofía de la ética, el gobierno y la conducta social. Sin embargo, hay algunas importantes diferencias entre el cristianismo y el pensamiento confucianista que investigaremos en las próximas secciones. 

La metafísica de Confucio

 

El confucianismo, según enseñó su fundador, no es una religión en el sentido tradicional. Es un código ético. La cultura china estaba imbuida de la religión del animismo, la creencia de que los dioses y espíritus viven en las formaciones naturales. Junto con una cosmovisión animista, existía la creencia en el culto a los ancestros. Los espíritus de los muertos debían ser honrados y cuidados por los familiares vivos.
Sin embargo, en sus enseñanzas Confucio evitó los temas espirituales. Se lo puede clasificar como un agnóstico que creía en los espíritus y lo sobrenatural, pero que no estaba interesado en ellos. Tenía una perspectiva humanista y racionalista. "Su posición en asuntos de fe era ésta: todo lo que parecía contrario al sentido común en la tradición popular y todo lo que no servía algún propósito social capaz de ser descubierto, lo consideraba fríamente". La respuesta a los problemas culturales y sociales se encontraban en la humanidad misma y no en nada sobrenatural.

Un discípulo de Confucio escribió: "El maestro nunca habló de prodigios, hazañas de fuerza, trastornos o espíritus" (Analectas 7:20). Confucio mismo dijo: "Dedicarse apasionadamente al deber que uno tiene para con la humanidad y respetar a los espíritus mientras se mantiene distante de ellos, puede denominarse sabiduría" (Analectas 6:20). "Los puntos de vista de nuestro maestro con relación a la cultura y la demostración exterior de bondad, se nos permite escuchar; pero acerca de la naturaleza del hombre y los caminos del cielo, no nos dirá absolutamente nada" (Analectas 5:12). 

Confucio menciona de vez en cuando el "mandato del cielo". Aparentemente interpreta esto como la ley natural o el orden moral dentro de las cosas. Los hombres deben buscar vivir dentro de este orden. Uno debe cuidarse de no violar la ley del cielo. Confucio escribió: "A quien se coloca incorrectamente con relación al cielo no le queda ningún medio de expiación" (Analectas 3:13). En el sistema confucianista, un ser divino no tiene un papel significativo; su filosofía está centrada en el hombre y depende del esfuerzo propio. El hombre es suficiente para alcanzar el carácter ideal a través de la educación, el esfuerzo propio y la autorreflexión. La meta de la vida era vivir una buena vida moral. Luego de su muerte, el confucianismo evolucionó, combinando las religiones chinas tradicionales con el budismo para agregar un componente espiritual. 

En contraste, el cristianismo está centrado en Dios. Está fundado en una relación con un Dios personal que está involucrado con el mundo. Confucio se centró en la vida aquí, en esta tierra. Jesús se centró en la eternidad. Para Jesús, lo que ocurre en la eternidad tiene ramificaciones aquí en la tierra. En Mateo 6:19 y 20 Jesús dijo: "No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar". Aquí vemos las perspectivas básicamente diferentes de Jesús y Confucio.

Jean Carlos Vaca B 19035501

http://www.ministeriosprobe.org/docs/confucio.html

El libro de las Mutaciones

I Ching o Yijing:





('Libro de las mutaciones'), antiguo texto chino y un clásico del confucianismo utilizado para la adivinación y como obra moral, filosófica y cosmológica. Se basa en 64 hexagramas simbólicos, cada uno compuesto a su vez por un par de trigramas que están formados por tres líneas paralelas. Las líneas pueden ser continuas (representando el yang o principio activo) o discontinuas (representando el yin o principio pasivo) siguiendo la cosmología primitiva china, que explicaba todos los fenómenos en términos de alternancia del yin y el yang. Existen ocho trigramas básicos, cada uno denominado según un fenómeno natural, y en los 64 hexagramas se agotan todas las posibles combinaciones de las seis líneas. El libro se consulta dividiendo y contando 50 tallos de la milenrama, supuesta planta mágica, o echando unas monedas al aire, lo que dará como resultado una serie de números que indican las líneas para el hexagrama resultante. Los números determinan si cada línea es yin o yang y si es estática o se encuentra en movimiento (a punto de cambiar a la posición opuesta). Así pues, los hexagramas se conciben como dentro de un cambio mutuo y perpetuo siguiendo el orden cíclico del universo.

Los hexagramas evolucionaron como símbolos de la buenaventura. Según cuenta la leyenda, el dios emperador mítico Fuxi (c. 2400 a.C.) descubrió los ocho trigramas en el caparazón de una tortuga sagrada (los primeros adivinadores chinos predecían el futuro agujereando huesos o caparazones de tortugas y examinando las grietas resultantes que puede que inspiraran las líneas del Yijing). El significado de cada hexagrama se explica en pasajes poéticos enigmáticos y en otros diversos comentarios filosóficos. Las partes más antiguas del libro se remontan a la primitiva dinastía Zhou. Se cree por efecto de la tradición que fue Wen Wang (c. 1150 a.C.) el que añadió a los hexagramas originales adivinatorios un carácter moral. Confucio y sus seguidores quizá añadieron más comentarios filosóficos ya que se tiene constancia de que se guiaban por este libro. Los hexagramas de la suerte del Yijing se utilizan a menudo en las artes chinas.

Jean C Vaca B 19035501

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El Buda

Buda es una palabra sánscrita que significa "el que despertó". Éste es el término que se le asigna al fundador del budismo. Él no era un dios ni era un profeta ni un mesías.



El Buda nació como un ser humano normal que, a través de su esfuerzo, alcanzó un estado de perfecta sabiduría y completa sensibilidad hacia todo lo que existe. Dicho en otras palabras, él despertó a su propio potencial y a la naturaleza verdadera del mundo que le rodeaba.

A este estado tradicionalmente se le denomina "Iluminación" y es la esencia de la enseñanza budista. Todas sus doctrinas y prácticas están hechas para ayudar al ser humano, hombre o mujer, a llegar a su propio potencial de Iluminación.

Desde los tiempos del Buda muchos otros hombres y mujeres también han alcanzado el estado de iluminación, sin embargo, el título de "el Buda" se reserva generalmente para el pionero, Siddharta Gautama, el hombre que descubrió el sendero a la iluminación y que indicó el camino para que otros lo siguieran.

Niño Rico Insatisfecho
Siddhartha Gautama nació alrededor del año 560 AEC (antes de la Era Común) en una familia aristócrata y próspera del clan shakya, en lo que ahora es Nepal, al norte de la India. Algunas tradiciones indican que su padre era el rey de los shakyas y, aunque quizás esto no sea cierto, desde un punto de vista histórico parece ser verdad que en su niñez y juventud Siddhartha tuviera una vida de opulencia. Probablemente era una existencia de lujos sin muchos límites: manjares, ropa elegante y muchos sirvientes, lo cual, en el contexto de la India de los Himalayas de ese entonces, era semejante a un paraíso terrenal. A pesar de todo él no era feliz. Los placeres que lo rodeaban solo servían para que contactara con la insatisfacción y para provocarle un intenso deseo de encontrar algo que tuviera un sentido más profundo.

Paralelos actuales con la vida temprana de Siddhartha
Esto puede resultarle familiar a muchas personas en Occidente, donde las necesidades materiales son satisfechas de una manera relativamente fácil y donde las oportunidades para el ocio y la diversión serían la envidia de generaciones anteriores. No obstante, si observamos la cara de la gente que encontramos por las calles de cualquier ciudad occidental nos daremos cuenta que esta prosperidad no trae la felicidad automáticamente. Como Siddhartha, muchos de nosotros descubrimos que una vida dedicada sólo a satisfacer deseos materiales es vacía y poco satisfactoria.

La renuncia

La insatisfacción que sentía Siddhartha en su vida de lujo alcanzó un límite. A los veintinueve años decidió dejar su hogar familiar y su vida de comodidades para convertirse en errante en busca de la verdad, llevándose consigo únicamente su tazón para mendigar y unos sencillos hábitos.

El fermento religioso de la India antigua en la Era Axial
El mundo al que salió Siddhartha era bastante primitivo, comparado con nuestro mundo actual, sin embargo era mucho más rico, en un sentido filosófico y espiritual, que el mundo moderno occidental. Las escrituras budistas tempranas dan la impresión de que había una sociedad con un profundo interés por las cuestiones fundamentales de la existencia. Había un gran número de maestros de meditación, abundaban las escuelas de filosofía y los debates religiosos eran una especie de deporte popular con un muchos espectadores. Esto no sólo pasaba en India sino en Grecia, China, Persia y en Medio Oriente. A este fermento tan concentrado de genio humano en el mundo se le ha llamado la Era Axial. Dentro de esta atmósfera, Siddhartha anduvo errante seis años, meditando y aprendiendo de los más famosos maestros del norte de la India, con una admirable determinación por encontrar lo que sentía que le había faltado en su vida anterior.

Jean C. Vaca B. 19035501
http://www.budismo.com/articulos/biografiabuda.php

Budismo

El budismo es una filosofía práctica, una religión y, discutiblemente, una psicología basada en las enseñanzas de Gautama Buddha, que vivió en India probablemente a mediados del siglo VI o principios del siglo V a. C. Cuando se usa en sentido genérico, Buda es aquel que descubre la verdadera naturaleza de la realidad después de años de cultivo del espíritu, estudio de las diferentes practicas religiosas y meditación. Para Buda, cualquier persona puede seguir su ejemplo, aclararse con el estudio de sus palabras "dharma" y ponerlas en práctica, lo que conduce a una vida virtuosa, moral y a la purificación de la mente.
Buda no es ni un dios, ni un mesías ni un profeta, y el budismo no postula sobre un creador. Buddha es un título en los antiguos idiomas pali y sánscrito, cuyo significado es "el que ha despertado". En el budismo el término no sólo se usa para referirse al personaje histórico, sino también para referirse a cualquier otra persona que igualmente haya realizado lo que se considera como el descubrimiento personal que él hizo. Las enseñanzas no son vistas por los seguidores como revelaciones divinas ni como dogmas de fe, puesto que existe una dinámica que impulsa a investigarlas e interpretarlas. Se considera que se alcanza su comprensión mediante la práctica y la experiencia.
El único propósito de estas enseñanzas es la erradicación definitiva de todo sentimiento de insatisfacción o frustración. Según el budismo, la causa real de la insatisfacción es o el anhelo ansioso, o el aferramiento, que a su vez son el producto último de ilusión e ignorancia, entendidas como la percepción errónea de la auténtica naturaleza de la existencia. Por ello el cese definitivo de esta situación se denomina el despertar. Para guiar el esfuerzo necesario para alcanzar ese nuevo estado, el budismo desarrolla y prescribe prácticas de entrenamiento mental y emocional, la disciplina ética y el estudio.
El budismo es la cuarta religión organizada del mundo por su número de seguidores, la mayoría de ellos en Asia, con unos 380 millones (o unos 700 millones si se incluyera a la heterogénea religión tradicional china). Todas las tendencias del budismo actual se pueden clasificar en dos grandes grupos, el Budismo del Sur (o Theravāda) y el Budismo del Este (o Mahāyāna). Una adopción de las prácticas del tantrismo hindú haría surgir lo que en ocasiones se afirma como una tercera corriente, llamada Budismo del Norte o Tántrico (Vajrayāna), si bien filosóficamente ésta se incluye dentro del Mahāyāna.

Confuncionismo

Confucio nació en Tsou en 551 a.C. Su madre le dio una muy buena educación y él ya era un erudito a los 15 años. Se casó a los 19 años y tuvo un hijo. A los 25 murió su madre y le afectó mucho, por lo que se recluyó durante 27 meses. Después de esa etapa, Confucio emprendió la función de maestro itinerante y enseñaba música, poesía, literatura, ciencias y ética. Era muy venerado no sólo por sabio sino porque enseñaba conocimientos históricos, mientras que otras escuelas solo expresaban sus propias opiniones.Confucio enseñó que toda persona debía aprender el papel que se esperaba que desempeñara en la sociedad, y vivir de acuerdo con ese papel. Eso era el "li": la norma de conducta por la cual el verdadero caballero cumple con sus relaciones sociales. Cuando todos se esfuerzan por hacer eso, todo se corrige. Pero ¿cómo se expresa el li? a través del "jen". El jen trata con la naturaleza humana, o la persona interna. La naturaleza humana es esencialmente buena, por lo tanto la solución a todos los males sociales radica en el cultivo de uno mismo. Por lo tanto si la gente observa el li (se comporta adecuadamente) y cultiva el jen (trata a todos con bondad) todo ese paz y armonía.ente) y cultiva el jen (trata a todos con bondad) todo ese paz y armonía.

historia de la filosofia china

La filosofía china se compone de varias escuelas distintas de pensamiento creadas por sus eruditos y pensadores de China. Ha pasado por tres etapas diversas que se presentan del siguiente modo: 1) La etapa clásica: es la fase de la creación y se extiende desde el siglo VI hasta el siglo II antes de Cristo. 2) Le sigue la etapa medieval: aquí entran en la fase del síntesis y absorben pensamientos procedentes de otros países; ésta época se extiende desde el siglo II antes de Cristo hasta el siglo XI. 3) Cómo tercera y última comienza el período moderno, que comienza en el siglo XI y se extiende hasta nuestros días. En esta etapa, la filosofía china ha alcanzado cierta madurez, aparte de que ha ido introduciendo nuevas escuelas y teorías. En sus orígenes, la filosofía china surgió en la época de la dinastía llamada Zhou y hablamos de una época que ocupa desde el año 1027 antes de Cristo hasta el 221 antes de Cristo. En estos tiempos existía una agitación política y social entre los estados feudales debido al largo período de subordinación de la casa Zhou. Estas agitaciones llegaron a sublevaciones que cobraron fuerza política y económica, gracias a lo cual se llegó a la independencia de la región. Debido a diversos problemas llegó a un caos político en los siglos IV y III seguidos de unos cambios sociales y económicos dando fruto a nuevas tendencias del comercio. Comenzó una era de cambios que dio lugar a que los funcionarios-sabios, hombres que querían recuperar el orden social mediante el conocimiento y el saber. Entre todos los sabios de la época china cabe destacar Confucio, aristócrata de la provincia Shangdong y vivió a finales del siglo V, principios del siglo VI. Y entre las diferentes escuelas filosóficas chinas destaca la escuela del Taoismo, fundado por el filósofo Lao-tse. Por lo tanto, para conocer y entender mejor la filosofía china, hay que ahondar en las diferentes escuelas existentes hoy en día.