domingo, 28 de noviembre de 2010

La Etica de Confucio

Hay tres principios clave que se enfatizan en las enseñanzas de Confucio, los principios de Li, Jen y Chun-Tzu. El término Li tiene varios significados, y suele traducirse como decoro, reverencia, cortesía, ritual o la norma de conducta ideal. Es lo que Confucio consideraba como la norma ideal del comportamiento religioso, moral y social.

El segundo concepto clave es el principio de Jen. Es la virtud fundamental de la enseñanza confucianista. Jen es la virtud de la bondad y la benevolencia. Se expresa mediante el reconocimiento del valor de los demás y la preocupación por ellos, independientemente de su rango o clase. En las Analectas, Confucio resume el principio de Jen en esta afirmación, que suele ser llamada la Regla de Plata: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti" (Analectas 15:23). Li brinda la estructura para la interacción moral. Jen lo convierte en un sistema moral. 

El tercer concepto importante es el de Chun-Tzu, la idea del verdadero caballero. Es el hombre que vive de acuerdo con las normas éticas más elevadas. El caballero muestra cinco virtudes: autorrespeto, generosidad, sinceridad, persistencia y benevolencia. Sus relaciones se describen de la siguiente forma: como hijo, siempre es leal; como padre, es justo y amable; como oficial, es leal y fiel; como esposo, es recto y justo; y, como amigo, es fiel y discreto.
Si todos los hombres vivieran según los principios de Li y de Jen, y se esforzaran por tener el carácter de un verdadero caballero, la justicia y la armonía gobernarían el imperio.
El cristiano encuentra que coincide con muchos de los principios y virtudes éticos de Confucio. Concordaría también con muchas de las cualidades del carácter del verdadero caballero, y trataría de desarrollar esas cualidades.
Lo que explica la similitud entre la ética del confucianismo y otros sistemas religiosos es lo que dice Pablo en Romanos 2. Dentro de todo hombre existe una conciencia, o ley natural, dada por Dios, que guían nuestra conducta moral. Esto ocurre porque fuimos creados a la imagen de Dios, así que reflejamos el carácter de Él. Sin embargo, la similitud de códigos éticos no significa que las religiones son iguales. 



La diferencia clave puede ser ilustrada de la siguiente forma. La ley confuciana está resumida en la Regla de Plata. Jesús resume sus enseñanzas de esta forma: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:37-39). Confucio creía que, a fin de verdaderamente lograr los principios de Li, Jen y el carácter de un verdadero caballero, uno debía mirar dentro de uno mismo. Jesús lleva su enseñanza un paso más adelante. Todos sus principios giran alrededor de una relación con Dios primero. Sólo entonces podemos verdaderamente amar a nuestro prójimo.

Jean Carlos Vaca 19035501

http://www.ministeriosprobe.org/docs/confucio.html

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